Dice así:
Visto y considerando los acontecimientos por todos conocidos :
1) Que Caperucita no desconocía que podía encontrarse con el Lobo.
2) Que tampoco era ajena al hambre del Lobo, ni a los peligros del bosque.
3) Que si le hubiera ofrecido la cesta de la merienda para que el Lobo calmara su hambre, no habrían ocurrido los sucesos referidos.
4) Que el Lobo no ataca a Caperucita de inmediato, y hay evidencias claras que primero conversa con ella.
5) Que es Caperucita quien voluntariamente le da pistas al Lobo y le señala el camino de la casa de la abuelita.
6) Que la anciana no es imputable ya que confunde a su nieta con el Lobo..
7) Que cuando Caperucita llega y el Lobo está en la cama con la ropa de la abuela, Caperucita no se alarma.
8) Que el hecho de que Caperucita confunda al Lobo con la abuelita demuestra lo poco que iba a visitarla, hecho que se tipificaría como abandono de persona anciana por parte de la joven Caperucita.
9) Que la versión de que Caperucita, cuando oye la pregunta del Lobo:
«¿Adónde vas?» Responde: «A bañarme desnuda en el río...», cobra cada día más fuerza.
10) Que se desprende del punto anterior que es Caperucita la que provoca los más bajos instintos brutales y depredadores, en la pobre fiera.
14) Que el Lobo ataca, pero tal hecho corresponde a su propia naturaleza y a su instinto natural y animal, exacerbados por la conducta de la susodicha Caperucita
15) Que merece un párrafo aparte la madre de Caperucita, quien exhibe culpabilidad por no acompañar a su hija conociendo los peligrosos del bosque
1) Que Caperucita no desconocía que podía encontrarse con el Lobo.
2) Que tampoco era ajena al hambre del Lobo, ni a los peligros del bosque.
3) Que si le hubiera ofrecido la cesta de la merienda para que el Lobo calmara su hambre, no habrían ocurrido los sucesos referidos.
4) Que el Lobo no ataca a Caperucita de inmediato, y hay evidencias claras que primero conversa con ella.
5) Que es Caperucita quien voluntariamente le da pistas al Lobo y le señala el camino de la casa de la abuelita.
6) Que la anciana no es imputable ya que confunde a su nieta con el Lobo..
7) Que cuando Caperucita llega y el Lobo está en la cama con la ropa de la abuela, Caperucita no se alarma.
8) Que el hecho de que Caperucita confunda al Lobo con la abuelita demuestra lo poco que iba a visitarla, hecho que se tipificaría como abandono de persona anciana por parte de la joven Caperucita.
9) Que la versión de que Caperucita, cuando oye la pregunta del Lobo:
«¿Adónde vas?» Responde: «A bañarme desnuda en el río...», cobra cada día más fuerza.
10) Que se desprende del punto anterior que es Caperucita la que provoca los más bajos instintos brutales y depredadores, en la pobre fiera.
14) Que el Lobo ataca, pero tal hecho corresponde a su propia naturaleza y a su instinto natural y animal, exacerbados por la conducta de la susodicha Caperucita
15) Que merece un párrafo aparte la madre de Caperucita, quien exhibe culpabilidad por no acompañar a su hija conociendo los peligrosos del bosque
Por todo lo antes dicho, se absuelve al Señor Lobo y se dispone además:
1.- Apercibir a la familia de Caperucita, imponiendo a la abuela que se presente en el hospital que se designe, para su observación gerontológica.
2.- A la madre, apercibirla para que cumpla correctamente con sus deberes paterno-filiales.
3.- A Caperucita:
Trabajo comunitario en el zoológico local para conocer plenamente la naturaleza y el instinto animal.
Indemnizará al Sr.Lobo a razón de 100 € diarios y a de prepararle todas las tardes la merienda durante un año.
Pagar las costas del proceso.
Aclarar asimismo en el presente fallo que este proceso no afecta el buen nombre y honor del señor Lobo.
1.- Apercibir a la familia de Caperucita, imponiendo a la abuela que se presente en el hospital que se designe, para su observación gerontológica.
2.- A la madre, apercibirla para que cumpla correctamente con sus deberes paterno-filiales.
3.- A Caperucita:
Trabajo comunitario en el zoológico local para conocer plenamente la naturaleza y el instinto animal.
Indemnizará al Sr.Lobo a razón de 100 € diarios y a de prepararle todas las tardes la merienda durante un año.
Pagar las costas del proceso.
Aclarar asimismo en el presente fallo que este proceso no afecta el buen nombre y honor del señor Lobo.
Publíquese, archívese, y téngase por firme el presente fallo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario