sábado, 6 de febrero de 2010

Contra la ablación de clítoris...


La ablación del clítoris de la mujer es una práctica brutal habitual en varios lugares de África, Asia y Oriente Medio. Amparándose en la tradición, la religión, y la espiritualidad, se extirpa el clítoris y parte o todos los labios mayores. Esto se conoce como ablación. También puede practicarse una especie de circuncisión absoluta que es la extirpación del clítoris, los labios, una parte del útero y se cose una parte de la vagina. Esta práctica tenebrosa y sanguiniaria afecta a unos 130 millones de mujeres en el mundo.
Como es de suponer, tras estas atroces prácticas los problemas para las mujeres son muy numerosos. Uno de ellos es que las embarazadas que las sufrieron pueden necesitar una cesárea de emergencia o sufrir desgarros graves durante el parto. Si en occidente un nueve por ciento de estas mujeres de sufren desgarros, con todos los avances médicos a su alcance, lo que ocurre en sus lugares de origen es difícil de imaginar.
Las consecuencias a largo plazo de estas mutilaciones van desde problemas menstruales, quistes e infecciones crónicas de la pelvis hasta la infertilidad. La ablación provoca, consecuentemente, todo tipo de estados de ansiedad, depresión y ataques de pánico.
En nuestro país, y más concretamente en Cataluña, corren el riesgo de sufrir ablación de clítoris un total de 6.056 menores de veinte años, las familias de las cuales proceden de países africanos como Senegal, Gambia, Etiopía y Egipto, donde hay etnias que practican la mutilación genital femenina.
Estas culturas obligan a la mujer que se va a casar a ser mutilada previamente.
Lo siento, lo siento. Mientras escribo estas líneas mis dedos tiemblan y se disponen a parar esas gotas que corre por mis mejillas. Agua impotente acumulada. Es urgente que consigamos erradicar esta práctica demencial, esta horrible agresión contra las mujeres.