viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
We Can Do It, Geraldine
El cartel presentaba a “Rosie the Riveter” (“Rosie, la remachadora”), una trabajadora de una fábrica de Michigan, que mostraba su musculoso brazo derecho y su delicado cabello envuelto en un coqueto pañuelo rojo con motas blancas al grito de "We can do it!" ("¡Podemos hacerlo!").
El mensaje se convirtió en un ícono del movimiento feminista en Estados Unidos durante esos años.
Doyle no se dio cuenta de lo famosa que era hasta que vio una reproducción del cartel en una revista en 1982. "¡Mira! ¡Soy yo!", parece que fue su reacción al reconocerse, según ha contado su hija. El nombre "Rosie, la remachadora" se inspiró en una canción de 1942 que rendía un homenaje a las mujeres que asumieron el control de las fábricas cuando los hombres tuvieron que irse a la guerra:
All the day long,
Whether rain or shine
She’s a part of the assembly line.
She’s making history,
Working for victory
Rosie the Riveter.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Y así vamos terminando con todo lo que invite a pensar (algo) en este país... Canto a CNN+
viernes, 24 de diciembre de 2010
Señores del espectáculo... The world is yours...
Pero no, ahora escriben en las tribunas quienes deberían cantar al kitsch "navideño”, como hacen habitualmente, y leemos en periódicos mayoritarios a las que tienen acceso (eso sí, cuando a ellos les da la real gana) que la dictadura es de los señores de la Red, nuevo término acuñado por un cantante divo y millonario.
Sí, sí, ahora no hay mayor dictadura, al parecer, que la de la Red. No existen los señores de la guerra, de la economía malbaratada, de la justicia, de las leyes interesadas que se aprueban o se proponen constantemente. No, para aquellos que tienen tantos intereses en juego como millones de euros y dólares en sus bolsillos, la tiranía es la de las personas que utilizan el espacio virtual, que es el único que les queda para opinar, compartir lo que les gusta, expresarse y conquistar el escaso espacio de libertad que queda en esta sociedad tiranizada.
Vamos a decirlo ya de una vez con contundencia. Esta cruzada contra la Red es otro modo de controlar y ejercer el poder allí por donde se escapa. Y tiene gracia que sean los cantantes y músicos, aquellos que ganan tanto dinero con sus composiciones en radios, bares, supermercados y cualquier evento que se precie (porque se pone música en cualquier parte [¿para aplacar a las fieras?] no entiendo muy bien el motivo de tanta melomanía pública), quienes insulten a los demás al ver mermados sus buenos dividendos de conciertos, discos, publicidad, y tantas y tantas actividades.
Ya está bien, señores del espectáculo. Toda la vida hemos compartido música, la oíamos en casa de amigos y amigas, hemos visto películas prestadas, las hemos grabado unos de otros y nos hemos prestado libros a diestro y siniestro. Y resulta curioso que sean estos "señores del espectáculo", los que más dinero ganan, quienes más y de peor manera protesten (qué sería de ellos si fueran escritores en este rincón "iletrado" donde los libros son esa piedra filosofal que cada día vale menos).
Porque no se está robando como demagógicamente nos quieren hacer creer, se está prestando, intercambiando, esas palabras cuyo significado quieren borrar, cuyo contenido quieren transformar en dinero, dinero, dinero y más, mucho más dinero para unos pocos, como siempre.
Por otra parte, en sus insultos también se ha deslizado la palabra burdel cuando se apela a la Red. Curioso, hasta ahora no había oído esa palabra en esas plumas para referirse a TODO lo que está en venta en este mundo como los órganos humanos y los propios seres humanos, en este mundo donde la obscenidad “bursátil” está a la orden del día. Algo de esto, muy poco, se puede leer en esos archivos que Wikileaks está ofreciendo a la gente para que se entere de lo que está pasando. ¿O es que es eso lo que se teme, que nos enteremos? No se preocupen, señores del espectáculo, the world is yours, pero la Red (tal vez) no.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
El invierno, dentro de unos minutos... Sin...
INVERNAL
(Rubén Darío)
Noche. Este viento vagabundo lleva
las alas entumidas
y heladas. El gran Andes
yergue al inmenso azul su blanca cima.
La nieve cae en copos,
sus rosas transparentes cristaliza;
en la ciudad, los delicados hombros
y gargantas se abrigan;
ruedan y van los coches
suenan alegres piano, el gas brilla;
y si no hay un fogón que le caliente,
el que es pobre tirita.
Yo estoy con mis radiantes ilusiones
y mis nostalgias íntimas,
junto a la chimenea
bien harta de tizones que crepitan.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Akerman y el retrato de una mujer
La genial Chantal Akerman contó en cierta ocasión los siguiente: "Un amigo me dijo: Chantal, siempre haces films demasiado largos, siempre haces films demasiado largos, siempre haces films demasiado largos". Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles, una de sus mejores películas, tiene largo también el título. La cinta dura 200 minutos y describe tres días de la vida de un ama de casa viuda que ejerce la prostitución. Pero a pesar de todo, la película no es ningún melodrama, más bien la directora deconstruye la visión melodramática para mostrarnos a un personaje que realiza tus tareas con automatizada precisión, sin alegría ni tristeza: el grado cero de la emoción. Esta coreografía cotidiana de las tareas diarias de una mujer mientras lava platos, pela patatas, ordena la casa o recibe a un cliente al día antes de que su hijo vuelva, está dentro de una rutina doméstica naturalizada. Con este ritmo que Akerman proporciona al personaje, advertimos cómo los gestos cotidianos de esta ama de casa van perdiendo consistencia y en su vida se va instalando el desajuste y la alteración nerviosa apenas perceptible que se convierte al final en una sorda catástrofe.