Pero no, ahora escriben en las tribunas quienes deberían cantar al kitsch "navideño”, como hacen habitualmente, y leemos en periódicos mayoritarios a las que tienen acceso (eso sí, cuando a ellos les da la real gana) que la dictadura es de los señores de la Red, nuevo término acuñado por un cantante divo y millonario.
Sí, sí, ahora no hay mayor dictadura, al parecer, que la de la Red. No existen los señores de la guerra, de la economía malbaratada, de la justicia, de las leyes interesadas que se aprueban o se proponen constantemente. No, para aquellos que tienen tantos intereses en juego como millones de euros y dólares en sus bolsillos, la tiranía es la de las personas que utilizan el espacio virtual, que es el único que les queda para opinar, compartir lo que les gusta, expresarse y conquistar el escaso espacio de libertad que queda en esta sociedad tiranizada.
Vamos a decirlo ya de una vez con contundencia. Esta cruzada contra la Red es otro modo de controlar y ejercer el poder allí por donde se escapa. Y tiene gracia que sean los cantantes y músicos, aquellos que ganan tanto dinero con sus composiciones en radios, bares, supermercados y cualquier evento que se precie (porque se pone música en cualquier parte [¿para aplacar a las fieras?] no entiendo muy bien el motivo de tanta melomanía pública), quienes insulten a los demás al ver mermados sus buenos dividendos de conciertos, discos, publicidad, y tantas y tantas actividades.
Ya está bien, señores del espectáculo. Toda la vida hemos compartido música, la oíamos en casa de amigos y amigas, hemos visto películas prestadas, las hemos grabado unos de otros y nos hemos prestado libros a diestro y siniestro. Y resulta curioso que sean estos "señores del espectáculo", los que más dinero ganan, quienes más y de peor manera protesten (qué sería de ellos si fueran escritores en este rincón "iletrado" donde los libros son esa piedra filosofal que cada día vale menos).
Porque no se está robando como demagógicamente nos quieren hacer creer, se está prestando, intercambiando, esas palabras cuyo significado quieren borrar, cuyo contenido quieren transformar en dinero, dinero, dinero y más, mucho más dinero para unos pocos, como siempre.
Por otra parte, en sus insultos también se ha deslizado la palabra burdel cuando se apela a la Red. Curioso, hasta ahora no había oído esa palabra en esas plumas para referirse a TODO lo que está en venta en este mundo como los órganos humanos y los propios seres humanos, en este mundo donde la obscenidad “bursátil” está a la orden del día. Algo de esto, muy poco, se puede leer en esos archivos que Wikileaks está ofreciendo a la gente para que se entere de lo que está pasando. ¿O es que es eso lo que se teme, que nos enteremos? No se preocupen, señores del espectáculo, the world is yours, pero la Red (tal vez) no.
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