domingo, 12 de diciembre de 2010

Akerman y el retrato de una mujer



La genial Chantal Akerman contó en cierta ocasión los siguiente: "Un amigo me dijo: Chantal, siempre haces films demasiado largos, siempre haces films demasiado largos, siempre haces films demasiado largos". Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles, una de sus mejores películas, tiene largo también el título. La cinta dura 200 minutos y describe tres días de la vida de un ama de casa viuda que ejerce la prostitución. Pero a pesar de todo, la película no es ningún melodrama, más bien la directora deconstruye la visión melodramática para mostrarnos a un personaje que realiza tus tareas con automatizada precisión, sin alegría ni tristeza: el grado cero de la emoción. Esta coreografía cotidiana de las tareas diarias de una mujer mientras lava platos, pela patatas, ordena la casa o recibe a un cliente al día antes de que su hijo vuelva, está dentro de una rutina doméstica naturalizada. Con este ritmo que Akerman proporciona al personaje, advertimos cómo los gestos cotidianos de esta ama de casa van perdiendo consistencia y en su vida se va instalando el desajuste y la alteración nerviosa apenas perceptible que se convierte al final en una sorda catástrofe.

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