¿Qué clase de tortura es esta? ¿Qué clase de incertidumbre? La noticia de que iba a ser ejecutada en la horca la iraní Sakineh Ashtiani ha desatado hoy una nueva ola de protesta mundial por el caso de esta mujer, que primero fue encarcelada y recibió cien latigazos tras ser acusada de adulterio, luego iba a ser condenada a morir lapidada tras ser hallada culpable, y por último se incluyó otro crimen, el de ayudar a asesinar a su marido, por el que los jueces islámicos pidieron que fuera ahorcada. El propio régimen de los “ayatolás” tuvo que salir al paso anunciado que no ha sido ejecutada, que se encuentra “bien de salud” y que está a la espera de lo que un tribunal decida finalmente con su caso.
Mientras tanto las protestas y homenajes a la encarcelada se suceden en varias partes del mundo. En Barcelona, una afgana refugiada que sufrió la represión de los talibanes protestó desnuda con una burka cubriendo sólo su cabeza a favor de la libertad de expresión en el mundo musulmán y en homenaje a Ashtiani. Su paseo desnuda forma parte de un “performance-protesta” del artista argentino Luizo Vega.
Mientras tanto las protestas y homenajes a la encarcelada se suceden en varias partes del mundo. En Barcelona, una afgana refugiada que sufrió la represión de los talibanes protestó desnuda con una burka cubriendo sólo su cabeza a favor de la libertad de expresión en el mundo musulmán y en homenaje a Ashtiani. Su paseo desnuda forma parte de un “performance-protesta” del artista argentino Luizo Vega.
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