Otro ser humano comparte junto a Romell Broom la triste estadística de haber sobrevivido a su ejecución en Estados Unidos: Willie Francis compartió la angustiosa idea de que debería estar muerto, pero seguía respirando. Con los músculos destrozados como si le hubieran "cortado con cuchillas", Francis trastabilló los primeros pasos, pero acabó abandonando la sala de ejecuciones por su propio pie después de haber soportado una descarga de 2.500 voltios. Dos veces. "¡Quítenmela, quítenmela!", suplicó Francis a sus verdugos en referencia a la capucha de cuero que le cubría la cara y sujetaba su cabeza a la silla eléctrica. "¡No puedo respirar!", gritó tras recibir la primera descarga. "¡Se supone que no debes respirar!", dio por toda respuesta el capitán Foster tras posar una mirada incrédula sobre el condenado. A continuación aplicó una nueva descarga sobre el cuerpo de 17 años del negro condenado por asesinato.
lunes, 12 de octubre de 2009
Exhibición de atrocidades #5
Otro ser humano comparte junto a Romell Broom la triste estadística de haber sobrevivido a su ejecución en Estados Unidos: Willie Francis compartió la angustiosa idea de que debería estar muerto, pero seguía respirando. Con los músculos destrozados como si le hubieran "cortado con cuchillas", Francis trastabilló los primeros pasos, pero acabó abandonando la sala de ejecuciones por su propio pie después de haber soportado una descarga de 2.500 voltios. Dos veces. "¡Quítenmela, quítenmela!", suplicó Francis a sus verdugos en referencia a la capucha de cuero que le cubría la cara y sujetaba su cabeza a la silla eléctrica. "¡No puedo respirar!", gritó tras recibir la primera descarga. "¡Se supone que no debes respirar!", dio por toda respuesta el capitán Foster tras posar una mirada incrédula sobre el condenado. A continuación aplicó una nueva descarga sobre el cuerpo de 17 años del negro condenado por asesinato.
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