lunes, 12 de octubre de 2009

Exhibición de atrocidades #5

Un equipo de aplicación de la pena capital en el Estado de Ohio fracasó en el intento de matar con una inyección letal a Romell Broom, de 53 años, el 15 de septiembre pasado. La ejecución fue suspendida por el gobernador, Ted Strickland, después de que el condenado hubiera recibido 18 pinchazos en diversas partes del cuerpo. Romell Broom, de 53 años, casi los últimos 25 de ellos esperando en el corredor de la muerte a que se cumpliera su sentencia capital- no murió el pasado 15 de septiembre en el correccional de Lucasville. Hoy, su ejecución está en suspenso mientras sus abogados preparan la vista que el próximo día 30 revisará su caso. Argumentan que un segundo intento de ejecutar a Broom violaría la garantía constitucional establecida en la octava enmienda que prohíbe un "trato cruel o inhumano". "El intento de ejecución de Romell Broom en Ohio el mes pasado por inyección letal fue una muestra de la pena de muerte en su estado más bárbaro", escribió la semana pasada The New York Times.
Otro ser humano comparte junto a Romell Broom la triste estadística de haber sobrevivido a su ejecución en Estados Unidos: Willie Francis compartió la angustiosa idea de que debería estar muerto, pero seguía respirando. Con los músculos destrozados como si le hubieran "cortado con cuchillas", Francis trastabilló los primeros pasos, pero acabó abandonando la sala de ejecuciones por su propio pie después de haber soportado una descarga de 2.500 voltios. Dos veces. "¡Quítenmela, quítenmela!", suplicó Francis a sus verdugos en referencia a la capucha de cuero que le cubría la cara y sujetaba su cabeza a la silla eléctrica. "¡No puedo respirar!", gritó tras recibir la primera descarga. "¡Se supone que no debes respirar!", dio por toda respuesta el capitán Foster tras posar una mirada incrédula sobre el condenado. A continuación aplicó una nueva descarga sobre el cuerpo de 17 años del negro condenado por asesinato.

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