Tal es el espíritu del terrorismo, su estrategia implícita: no se vencerá jamás al sistema en términos de relación de fuerzas, ése es el imaginario eventualmente revolucionario que impone el sistema mismo, que no sobrevive más que para llevar sin cesar a aquellos que lo atacan al terreno de la realidad que es para siempre el suyo. Lo que hace falta es desplazar la lucha hacia la esfera simbólica, donde la regla es la del desafío, la de la reversión y de la creciente demagogia. Porque ante la muerte no es posible responder más que por una muerte igual o superior. Se trata de desafiar al sistema por un don al cual no pueda responder, sino por su propia muerte y su propio derrumbe. La hipótesis terrorista es que el sistema mismo se suicida en respuesta al desafío múltiple de la muerte y del suicidio. Porque ni el sistema ni el poder escapan a la obligación simbólica: deben responder bajo la pena de perder su rostro.
martes, 11 de septiembre de 2012
11 años no son nada
La caída de las torres:
Un año más, hoy, cumplidos ya 11 años, porque los hehos hablan por sí solos, es cierto, pero hay que añadir, reavivar nuestra desolación por el horrible atentado con palabras de Jean Baudrillard:
Tal es el espíritu del terrorismo, su estrategia implícita: no se vencerá jamás al sistema en términos de relación de fuerzas, ése es el imaginario eventualmente revolucionario que impone el sistema mismo, que no sobrevive más que para llevar sin cesar a aquellos que lo atacan al terreno de la realidad que es para siempre el suyo. Lo que hace falta es desplazar la lucha hacia la esfera simbólica, donde la regla es la del desafío, la de la reversión y de la creciente demagogia. Porque ante la muerte no es posible responder más que por una muerte igual o superior. Se trata de desafiar al sistema por un don al cual no pueda responder, sino por su propia muerte y su propio derrumbe. La hipótesis terrorista es que el sistema mismo se suicida en respuesta al desafío múltiple de la muerte y del suicidio. Porque ni el sistema ni el poder escapan a la obligación simbólica: deben responder bajo la pena de perder su rostro.
Tal es el espíritu del terrorismo, su estrategia implícita: no se vencerá jamás al sistema en términos de relación de fuerzas, ése es el imaginario eventualmente revolucionario que impone el sistema mismo, que no sobrevive más que para llevar sin cesar a aquellos que lo atacan al terreno de la realidad que es para siempre el suyo. Lo que hace falta es desplazar la lucha hacia la esfera simbólica, donde la regla es la del desafío, la de la reversión y de la creciente demagogia. Porque ante la muerte no es posible responder más que por una muerte igual o superior. Se trata de desafiar al sistema por un don al cual no pueda responder, sino por su propia muerte y su propio derrumbe. La hipótesis terrorista es que el sistema mismo se suicida en respuesta al desafío múltiple de la muerte y del suicidio. Porque ni el sistema ni el poder escapan a la obligación simbólica: deben responder bajo la pena de perder su rostro.
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1 comentario:
Mi nombre es Usiel y soy de Mexico. Me gusta tu blog, felicitaciones... bien, tachar de victima a los estados unidos es un poco apresurado conociendo sus estrategias y doblemoralismos de un pueblo en decadencia civica, matar para que su estilo de vida subsista, lo considero indigno. No creo que el terrorismo sea la salida, pero por que no conmemorar los millones de muertes de niños, los bombardeos dentro de escuelas, mezquitas y demas recintos, todos somos humanos y el pueblo americano no es mejor que cualquier otro pueblo y etiquetar a alguien de bueno o malo es aun mas imparcial.... Saludos desde mexico...
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