viernes, 23 de septiembre de 2011
domingo, 18 de septiembre de 2011
jueves, 15 de septiembre de 2011
Richard Hamilton, In memoriam
Qué hace tan diferente, tan atractivo el hogar de hoy?
Just what is it that makes today's homes so different, so appealing?
Just what is it that makes today's homes so different, so appealing?
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Toros+Fútbol=País!
El que ha matado al Toro de la Vega a lanzadas presume de su hazaña:"Me siento como Cristiano Ronaldo".
lunes, 12 de septiembre de 2011
Amazonas a la fuerza en Camerún
He tomado de El país de hoy este espeluznante reportaje escrito por Charo Nogueira:
Una de cada cuatro menores del país africano sufre el 'planchado' de los senos para disimular la pubertad y evitar violaciones y embarazos
Piedras calientes sobre los senos que comienzan a apuntar. A veces palos de majar el cereal, a veces otros objetos planos, pero siempre ardiendo. Es el planchado de pechos que sufre una de cada cuatro niñas en Camerún. Las madres u otras mujeres de la familia son las encargadas de practicarlo con la creencia de que retrasa el crecimiento del pecho de sus hijas y, por tanto, las aleja de las relaciones sexuales, consentidas o no, las protege de las miradas libidinosas de los hombres y evita tal vez embarazos no deseados.
Hay que apretar fuerte sobre esos pequeños senos que comienzan a desarrollarse. Arriba y abajo, como se plancharía una prenda. Pero es un cuerpecito infantil el que soporta el dolor de estos embates que dañan los tejidos, causan heridas, abscesos, infecciones y, eventualmente, podrían predisponen al cáncer. Día tras día, hasta obtener el resultado deseado. A veces, el medio elegido es el vendaje con telas calientes. Suelen ser varios meses de tortura. Se trata de una tradición antigua en algunas zonas de África del Oeste y más conocida en el caso de Camerún, país que roza los 20 millones de habitantes.
Esta forma de "mutilación femenina", como la califica la agencia oficial de cooperación alemana GTZ, que ha tenido un papel pionero en revelar esta práctica y luchar contra ella, la sufre al menos el 24% de las mujeres en Camerún, según este organismo. A mayor precocidad, mayor riesgo. "Cuanto antes empiece a desarrollarse el pecho, más posibilidades de sufrir esta forma de mutilación. La mitad de las niñas cuyo pecho comienza a desarrollarse antes de los nueve años sufren el planchado", afirmaba un trabajo de GTZ de 2007.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, en un informe sobre los derechos humanos en este país de África en 2010, se hace eco del problema en parecidos términos y añade que esta práctica "provoca quemaduras, deformidades y problemas psicológicos".
La agencia germana realizó en 2006 una amplia investigación con encuestas a 5.700 mujeres de 10 a 82 años, que reveló también que la mitad de las niñas cuyo pecho comenzó a crecer antes de los nueve años padecen esta práctica, más frecuente en las ciudades que en el campo. El 53% de las chicas de Duala, la mayor urbe del país, la han sufrido, según el estudio.
A menduo, el doloroso planchado no logra su objetivo protector: muchas chicas se quedan embarazadas, lo que inmediatamente las aparta de la escuela. Se casan o se convierten en madres solteras. Algunas pueden intentar un aborto clandestino (solo está permitido en caso de violación o si peligra la salud de la madre). En Camerún, tres de cada diez mujeres están embarazadas o ya han tenido al menos un hijo al cumplir los 20 años, según GTZ, y solo el 26% de las casadas utilizan métodos anticonceptivos.
La edad para contraer matrimonio está fijada en 15 años para las mujeres, pero según el informe estadounidense, muchas familias casan a las niñas a los 12. Este trabajo también señala el aumento de las violaciones, cuyas víctimas tienen una edad media de 15 años.
Además de los embarazos tempranos, el sida es también una amenaza en Camerún. La incidencia es alta. De cada 1.000 personas entre 15 y 49 años, 53 son seropositivas, según la Organización Mundial de la Salud. La esperanza de vida en este país con un 40% de animistas, otro tanto de cristianos y un 20% de musulmanes, es de 51 años.
Algunos expertos creen que tras la práctica del planchado está el tabú de hablar de sexo con los hijos y que es por ahí por donde podría venir parte de la solución. Precisamente esa es una de las vías que se han puesto en marcha para intentar atajar esta costumbre. Las "tías" (tantines, en el cariñoso diminutivo francés) de las pequeñas son las encargadas. No son de la familia, sino que se trata de adolescentes que han sido madres sin desearlo entre los 12 y los 18 años (algo que se estima que les ocurre al 21% de las chicas).
Encuadradas en más de 250 asociaciones bajo la organización paraguas Renata, unas 15.000 jóvenes han recibido formación para educar a los adolescentes en salud reproductiva y sexual, incluida la prevención del sida. Con el apoyo de la cooperación alemana, las tantines han puesto en marcha en los medios de comunicación la campaña Digamos no al planchado de senos.
En su web (www.tantines.org), las activistas explican con claridad las causas que subyacen tras la sórdida práctica del planchado. "La gente cree que los senos van a atraer a los hombres, que los senos van a empujar a las niñas a tener relaciones sexuales precoces que pueden dejarlas embarazadas, que las niñas pueden crecer normalmente y continuar sus estudios después del planchado, que las niñas no tendrán vergüenza por tener ya pechos", explican.
También abordan las consecuencias de una práctica "que causa mucho dolor y puede destruir los senos completamente", causar un fuerte trauma y provocar problemas fisiológicos.
De pueblo en pueblo, de barrio en barrio, predican contra una práctica que abrasa la pubertad femenina y cuyo secreto se rompe poco a poco
Una de cada cuatro menores del país africano sufre el 'planchado' de los senos para disimular la pubertad y evitar violaciones y embarazos
Piedras calientes sobre los senos que comienzan a apuntar. A veces palos de majar el cereal, a veces otros objetos planos, pero siempre ardiendo. Es el planchado de pechos que sufre una de cada cuatro niñas en Camerún. Las madres u otras mujeres de la familia son las encargadas de practicarlo con la creencia de que retrasa el crecimiento del pecho de sus hijas y, por tanto, las aleja de las relaciones sexuales, consentidas o no, las protege de las miradas libidinosas de los hombres y evita tal vez embarazos no deseados.
Hay que apretar fuerte sobre esos pequeños senos que comienzan a desarrollarse. Arriba y abajo, como se plancharía una prenda. Pero es un cuerpecito infantil el que soporta el dolor de estos embates que dañan los tejidos, causan heridas, abscesos, infecciones y, eventualmente, podrían predisponen al cáncer. Día tras día, hasta obtener el resultado deseado. A veces, el medio elegido es el vendaje con telas calientes. Suelen ser varios meses de tortura. Se trata de una tradición antigua en algunas zonas de África del Oeste y más conocida en el caso de Camerún, país que roza los 20 millones de habitantes.
Esta forma de "mutilación femenina", como la califica la agencia oficial de cooperación alemana GTZ, que ha tenido un papel pionero en revelar esta práctica y luchar contra ella, la sufre al menos el 24% de las mujeres en Camerún, según este organismo. A mayor precocidad, mayor riesgo. "Cuanto antes empiece a desarrollarse el pecho, más posibilidades de sufrir esta forma de mutilación. La mitad de las niñas cuyo pecho comienza a desarrollarse antes de los nueve años sufren el planchado", afirmaba un trabajo de GTZ de 2007.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, en un informe sobre los derechos humanos en este país de África en 2010, se hace eco del problema en parecidos términos y añade que esta práctica "provoca quemaduras, deformidades y problemas psicológicos".
La agencia germana realizó en 2006 una amplia investigación con encuestas a 5.700 mujeres de 10 a 82 años, que reveló también que la mitad de las niñas cuyo pecho comenzó a crecer antes de los nueve años padecen esta práctica, más frecuente en las ciudades que en el campo. El 53% de las chicas de Duala, la mayor urbe del país, la han sufrido, según el estudio.
A menduo, el doloroso planchado no logra su objetivo protector: muchas chicas se quedan embarazadas, lo que inmediatamente las aparta de la escuela. Se casan o se convierten en madres solteras. Algunas pueden intentar un aborto clandestino (solo está permitido en caso de violación o si peligra la salud de la madre). En Camerún, tres de cada diez mujeres están embarazadas o ya han tenido al menos un hijo al cumplir los 20 años, según GTZ, y solo el 26% de las casadas utilizan métodos anticonceptivos.
La edad para contraer matrimonio está fijada en 15 años para las mujeres, pero según el informe estadounidense, muchas familias casan a las niñas a los 12. Este trabajo también señala el aumento de las violaciones, cuyas víctimas tienen una edad media de 15 años.
Además de los embarazos tempranos, el sida es también una amenaza en Camerún. La incidencia es alta. De cada 1.000 personas entre 15 y 49 años, 53 son seropositivas, según la Organización Mundial de la Salud. La esperanza de vida en este país con un 40% de animistas, otro tanto de cristianos y un 20% de musulmanes, es de 51 años.
Algunos expertos creen que tras la práctica del planchado está el tabú de hablar de sexo con los hijos y que es por ahí por donde podría venir parte de la solución. Precisamente esa es una de las vías que se han puesto en marcha para intentar atajar esta costumbre. Las "tías" (tantines, en el cariñoso diminutivo francés) de las pequeñas son las encargadas. No son de la familia, sino que se trata de adolescentes que han sido madres sin desearlo entre los 12 y los 18 años (algo que se estima que les ocurre al 21% de las chicas).
Encuadradas en más de 250 asociaciones bajo la organización paraguas Renata, unas 15.000 jóvenes han recibido formación para educar a los adolescentes en salud reproductiva y sexual, incluida la prevención del sida. Con el apoyo de la cooperación alemana, las tantines han puesto en marcha en los medios de comunicación la campaña Digamos no al planchado de senos.
En su web (www.tantines.org), las activistas explican con claridad las causas que subyacen tras la sórdida práctica del planchado. "La gente cree que los senos van a atraer a los hombres, que los senos van a empujar a las niñas a tener relaciones sexuales precoces que pueden dejarlas embarazadas, que las niñas pueden crecer normalmente y continuar sus estudios después del planchado, que las niñas no tendrán vergüenza por tener ya pechos", explican.
También abordan las consecuencias de una práctica "que causa mucho dolor y puede destruir los senos completamente", causar un fuerte trauma y provocar problemas fisiológicos.
De pueblo en pueblo, de barrio en barrio, predican contra una práctica que abrasa la pubertad femenina y cuyo secreto se rompe poco a poco
domingo, 11 de septiembre de 2011
11S: La década en llamas
Así eran...
...pero en 2001, la pantalla del televisor mostró el horror de la catástrofe en tiempo real: el ataque al símbolo del Imperio y su destrucción total. Y este atentado ha obligado, querámoslo o no, a tomar conciencia de las reglas del juego del nuevo siglo.
Un año más, hoy, cumplidos ya diez años, instalados en el curso normal de las cosas del que la guerra forma parte, reavivamos nuestra desolación por el horrible atentado y porque esta vida no sea (no haya sido, no fuera, no será) de otro modo.
Por eso, el comienzo de la década ha cobrado una magnitud definitiva en la cultura y en las historias que nos contamos en el presente, estos atentados de Nueva York y del World Trade Center, que Baudrillard describió como “el acontecimiento absoluto, la ‘madre’ de los acontecimientos, el hecho puro que concentra en sí todos los que jamás ocurrieron” . El mundo vio el desastre terrorista a través de la gran ventana por la que domesticamos una realidad que sería insoportable de otro modo. Globalización y espectáculo no se han hundido sino que se han puesto más en evidencia. New York es un parque temático destruido o un contrasentido alegórico de la realidad. Más que nunca viene a cuento la pregunta que en los años ochenta se hacía ya el perverso sociólogo de Simulacres et Simulations: “pourquoi les gens vivent-ils à New York?” . Sí, por qué la gente vive en Nueva York. Y nos interrogamos, una vez más, sobre cuál sería la respuesta ahora que se ha acabado la atracción (la “sensation magique de contigüité”) por “une centralité artificielle”, ahora que se establece el desafío de sobrevivir en el presente y en el futuro, el reto de ser capaz de mantener el sistema y la calma a pesar de la precariedad de la vida, a pesar del convencimiento de que, como señala Judith Butler en Marcos de guerra, ”las vidas son por definición precarias: pueden ser eliminadas de manera voluntaria o accidental, y su persistencia no está garantizada de ningún modo” .
De esta manera bárbara, pues, irrumpió el nuevo siglo y la literatura ha dado cuenta de ello, no podía ser de otro modo. Sin embargo, la patente violencia post 11-S, esa imagen del desastre repetida una y mil veces, produce una hiperrealidad que excede las categorías, una realidad que de pronto se ha convertido en todas las realidades, en la eternidad misma. “Las nuevas reglas de juego son feroces porque lo que está en juego es feroz” , como se dice en La violencia del mundo... pero la fórmula para darle la vuelta a este mundo que nos ha tocado vivir, ¿dónde la encontraremos?, ¿deambulando por los escombros?
...pero en 2001, la pantalla del televisor mostró el horror de la catástrofe en tiempo real: el ataque al símbolo del Imperio y su destrucción total. Y este atentado ha obligado, querámoslo o no, a tomar conciencia de las reglas del juego del nuevo siglo.
Un año más, hoy, cumplidos ya diez años, instalados en el curso normal de las cosas del que la guerra forma parte, reavivamos nuestra desolación por el horrible atentado y porque esta vida no sea (no haya sido, no fuera, no será) de otro modo.
Por eso, el comienzo de la década ha cobrado una magnitud definitiva en la cultura y en las historias que nos contamos en el presente, estos atentados de Nueva York y del World Trade Center, que Baudrillard describió como “el acontecimiento absoluto, la ‘madre’ de los acontecimientos, el hecho puro que concentra en sí todos los que jamás ocurrieron” . El mundo vio el desastre terrorista a través de la gran ventana por la que domesticamos una realidad que sería insoportable de otro modo. Globalización y espectáculo no se han hundido sino que se han puesto más en evidencia. New York es un parque temático destruido o un contrasentido alegórico de la realidad. Más que nunca viene a cuento la pregunta que en los años ochenta se hacía ya el perverso sociólogo de Simulacres et Simulations: “pourquoi les gens vivent-ils à New York?” . Sí, por qué la gente vive en Nueva York. Y nos interrogamos, una vez más, sobre cuál sería la respuesta ahora que se ha acabado la atracción (la “sensation magique de contigüité”) por “une centralité artificielle”, ahora que se establece el desafío de sobrevivir en el presente y en el futuro, el reto de ser capaz de mantener el sistema y la calma a pesar de la precariedad de la vida, a pesar del convencimiento de que, como señala Judith Butler en Marcos de guerra, ”las vidas son por definición precarias: pueden ser eliminadas de manera voluntaria o accidental, y su persistencia no está garantizada de ningún modo” .
De esta manera bárbara, pues, irrumpió el nuevo siglo y la literatura ha dado cuenta de ello, no podía ser de otro modo. Sin embargo, la patente violencia post 11-S, esa imagen del desastre repetida una y mil veces, produce una hiperrealidad que excede las categorías, una realidad que de pronto se ha convertido en todas las realidades, en la eternidad misma. “Las nuevas reglas de juego son feroces porque lo que está en juego es feroz” , como se dice en La violencia del mundo... pero la fórmula para darle la vuelta a este mundo que nos ha tocado vivir, ¿dónde la encontraremos?, ¿deambulando por los escombros?
jueves, 8 de septiembre de 2011
La rentrée 3: París, toujours
Y no olvidemos el presente, si es que lo hay, y que en París vive nuestra apreciada e imprescindible filósofa y escritora, Beatriz Preciado. En la estela tanto del Orlando de Virginia Woolf como del pensamiento de Donna Haraway, heredera de Monique Wittig, Beatriz Preciado es una filósofa que supera con creces cualquier etiqueta. Ella y su discurso general (ella es su discurso y su discurso es ella) continúa esa voz hermafrodita corrosiva, andrógina autoconsciente y viva que pone patas arriba su sexo doble para provocar al statu quo, venga de donde venga. Su personaje mata al padre y a la madre y, por lo tanto, se libera por completo; en esta “bio-trans-mujer”, encontramos indicios de un fuerte e intenso lazo, en la tradición del amour fou de los surrealistas, más allá de la vida natural, de la biología y del sexo. BP escribe: “En realidad, mi amor con V. D. es la culminación de una carrera sexual de alto conquistador sin polla que se inicia en mi tierna infancia”.
lunes, 5 de septiembre de 2011
La rentrée 2: París es París es París es París?
Es evidente, no soy La Maga, no hay nada más que ver qué pinta llevo, además, me caigo huyendo de los ET (o de los Paul) en el Seine paysage...
... Djuna Barnes...
... Renée Vivien...
... las fotógrafas Berenice Abbot y Gisele Freund...
A es A, a rose is a rose is a rose, April is the cruellest month, no cabe duda, cada cosa en su lugar y un lugar para cada... candado es un candado es un candado, bueno, los candados parecen haber tomado París y, definitivamente, los puentes sobre el Sena...
Sí, se han cerrado con sus inscripciones y ahora son la moda, el signo de los tiempos, como en otros lugares. Las llaves ya no caben dentro del candado y ahora ya no abren las puertas de principios del xx, cuando París, convertido en la capital cultural y artística del mundo, albergaba los movimientos vanguardistas entre los que se encontraban las denominadas Mujeres de la Rive Gauche, artistas inglesas y estadounidenses expatriadas, huídas de la rigidez de sus respectivas sociedades en busca de espacios de libertad. Mujeres pioneras, adelantadas a su tiempo, como las escritoras Colette...
... Gertrude Stein...... Djuna Barnes...
... Renée Vivien...
... las fotógrafas Berenice Abbot y Gisele Freund...
... las pintoras Marie Laurencin y Romaine Brooks o las editoras y libreras Sylvia Beach y Adrienne Monnier... junto a artistas masculinos como Marcel Duchamp, André Breton, Georges Bataille, Francis Picabia, etc. Todas y todos conformaron el círculo selecto de la intelectualidad del momento... Cambios de identidades y equívocos se encontraban entonces, además, encarnados en dos grandes personajes andróginos: R. S. y C. C....
viernes, 2 de septiembre de 2011
La rentrée 1: París, Claude Cahun y Sartre
A mi vuelta de París un recuerdo para la maravillosa y ambigua Claude Cahun a la que ya se dedicó un post anteriormente aquí. No he podido poner fotos de la exposición que visité en el Jeu de Paume...
...y eso que lo intenté, pero un señor uniformado me obligó a effacer la que había tomado, Sélavy!, me dije, como hubiera dicho Rrose Sélavy, precisamente...
... así que en el video se pueden ver algunas de las fotos y collages allí expuestos.
En el Jardín de las Tullerías, me encontré con el cuervo, recién salido de Pajaritos y pajarracos...
...él se dirigió a mí y, parafraseando a Mao, me dijo lo siguiente: "¿Francia? ¿Qué quiere de nosotros Francia? ¿Pertenece quizás al Tercer Mundo, a los pueblos hambrientos? Bueno, si es así aceptamos muy agradablemente su amistad..."
La verdad es que me quedé estupefacta, el calor aplastaba y la cosa no estaba para tanta disquisición. No obstante, hice un descomunal esfuerzo y repliqué.
"Pero... señor Sartre, no sea usted así, la tesis y la antítesis conviven con la síntesis y..." sin embargo, precisamente cuando iba a continuar filosofando, el filósofo salió volando y me dejó con la palabra en la boca.
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