1. La fuerza de las máscaras
Cada día me quedo más pasmada al ver la televisión. No sé si es la palabra o se ha quedado corta o insuficiente o simplemente se ha quedado como yo: inservible para comprender ciertas cosas o por comprenderlas. Tanto da. El caso es que llevo varios días viendo mis programas favoritos que son los informativos, una perversión como otra, y entre las cadenas las especializadas en informativos, otra perversión como no hay dos. Entre estos informativos están los no-informativos que como en todo tiempo post tienen que aparecer como la réplica de un archivo de windows abierto. Pero no hay que equivocarse: los dos son lo mismo, demasiado lo mismo para poder acuñar otro modelo alternativo. Al tal Santo, que yo no conocía en absoluto, le ha salido un hijo (entre muchos) también enmascarado y p(l)at(e)ado. Un mito de la lucha, dicen, tal tiene que ser para salir en todos los medios de comunicación como un héroe, y tener el privilegio de ser entrevistado en Estas no son las noticias. Me pregunto si esto se hace para alfabetizar un poco o para olvidar que no estamos alfabetizados, no lo sé, muy buen ejemplo para los tiempos que corre. Mirad arriba y creed.
2. Más de lo mismo (pedagogías)
Está pasando, lo estás viendo: La guerra de las almohadas una chiquillada malagueña de veinte amigos en telecinco, con una cobertura nacional digna de Trichet. No somos nada…