sábado, 29 de noviembre de 2008

Exhibición de atrocidades #1


En Málaga tenemos un antiguo cementerio con el nombre de un santo, como casi todo en este país, el cementerio de San Rafael, y desde octubre de 2006 se le ha ido arrancado el secreto que llevaba enterrado a su pesar. Es estremecedor pensar que entre 1937 y 1955 fueron enterradas más de 4.500 personas en al menos unas veinte fosas comunes. Entre los restos se ha encontrado una mujer embarazada de unos siete meses, con el feto perfectamente encajado; un hombre con una (especie) de trapo en la garganta y el tiro… el tiro de “gracia” que se aprecia claramente en muchos de los cráneos, de los cuales el 20 por ciento son de mujeres y al menos de 40 niños. El equipo y el director, sobrecogidos, comentan apenas algún detalle del infortunio, como los casos en que fusilaban a los dos miembros de la pareja, y casos en los que se sabe que iban a buscar al padre o al hijo y si habían huido, se llevaban a la hermana. Porque sí,sí, se sabe, al final, todo se sabe e incluso se ve y se puede demostrar,como la fotografía de arriba o los documentales sobre los niños robados que han aparecido a raíz de la investigación del juez Garzón; como se sabe (se ha sabido siempre) que las tropas que entraron en Málaga eran lideradas por el general Queipo de Llano, que estas personas, hoy restos de cadáveres, fueron fusiladas en los muros del cementerio, tan cerca del mar y tan lejos, porque no podían huir, sí tal vez suplicar porque era lo único que podía hacer con los alambres clavados en las muñecas.
Pero no sólo aquí en Málaga ocurren estas cosas, nuestro país está plantado de agravios que algunos no quieren recordar. Los canarios lo saben bien, hace más de cinco meses que comenzaron a excavar y encontraron el horror hace un mes: tras la retirada de tres metros de tierra y cal viva que fueron echadas sobre los cadáveres para ocultar los crímenes de gente sin relevancia política, más bien sindicalistas y/o gente que había participado en alguna huelga o manifestación. Vamos, como tú o como y@. ¿A que duele?

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