viernes, 8 de mayo de 2009

Exhibición de atrocidades#3

Sobrevivir es difícil en cualquier parte, en cualquier rincón de este mundo, en cualquier sociedad, pero...

Los informes nos cuentan lo que está pasando y las imágenes hablan por sí solas: la violencia doméstica, que incluye abusos físicos, violación, agresiones con ácido, quemaduras y homicidios, está muy extendida en Pakistán. Pocas mujeres presentan denuncias oficiales y, a las que lo hacen, las autoridades, por lo general, no les prestan atención y las devuelven a sus esposos, los mismos que las han sometido a abusos. La ley no se aplica por igual y, con frecuencia, las resoluciones judiciales reflejan la actitud discriminatoria que respecto al género tienen los propios jueces.Las mujeres sin recursos económicos, las que pertenecen a minorías religiosas y las sometidas a trabajo cautivo están especialmente expuestas a la violencia en la comunidad y el hogar.

Las agresiones con ácido van en aumento. Las quemaduras de ácido por lo general no matan, pero causan una desfiguración terrible y un gran sufrimiento, destruyen la autoestima y confinan a las mujeres en su casa. El gobierno apenas ha hecho nada para restringir la venta de ácido o para castigar a quienes lo utilizan para herir a mujeres. Sigue denunciándose el matrimonio forzado de niñas y, aunque la esclavitud es ilegal en Pakistán, sigue comerciándose con mujeres y niñas para saldar deudas o conflictos. Se ha informado de la venta sin tapujos de mujeres y niñas en los mercados en zonas subdesarrolladas, como algunas regiones de Baluchistán.Pakistán es un país tanto de origen como de tránsito para la trata de mujeres destinadas al trabajo doméstico, el matrimonio forzado y la prostitución. Esta forma de esclavitud está organizada por redes delictivas que se extienden por toda Asia Meridional. Hay mujeres, tanto del propio país como llegadas allí mediante la trata, que son asesinadas si se niegan a ganar dinero mediante la prostitución.También siguen denunciándose a diario homicidios por motivos de honor. En los ámbitos más elevados del gobierno y del poder judicial, estos homicidios por motivos de honor se han reconocido como asesinato, pero se han tomado muy pocas medidas efectivas para evitar que se cometan.

En marzo del 2001, Hidayat Khatoon, viuda de 60 años, y Baksh Ali, de 55, murieron a manos del hijo de la primera en el pueblo de Chandan, distrito de Sukkur. El hijo, al entregarse a la policía, dijo que los habitantes del pueblo se habían reído de él por la presunta relación amorosa de su madre con Baksh Ali y, por lo tanto, los había matado a los dos.En noviembre del 2000, Mohammed Umar Magsi mató a su hija de 11 años con un hacha porque sospechaba que tenía un romance. Cuando su esposa y su hija menor trataron de intervenir, las mató también. El 8 de enero del 2001, Riaz Ahmed mató a hachazos a su esposa, sus tres hijas y sus dos hijos, pues sospechaba que su esposa había cometido adulterio. Por su parte, el 16 de enero del 2002 Jamal, cuando su esposa se negó a volver con él, arrojó granadas de mano contra la casa de su suegro, matando a cinco miembros de la familia e hiriendo a ocho.
Además, está surgiendo una nueva tendencia muy preocupante: los homicidios por falsos motivos de honor. Cada vez son más frecuentes los hombres que acusan a sus esposas de cometer actos deshonestos con hombres adinerados simplemente para obtener un beneficio económico. A la esposa se la declara adúltera (kari, la que trae la vergüenza) y se la mata. A continuación, se obliga al hombre que supuestamente ha tenido una relación con ella a pagar una suma de dinero al esposo y se le «indulta».Los abusos físicos contra mujeres bajo custodia siguen siendo habituales en Pakistán. A pesar de las promesas de reformar la policía, los agentes siguen utilizando la tortura para intimidar, acosar y humillar a las detenidas con el fin de obtener de ellas dinero o información. La violación bajo custodia es una práctica generalizada.Los homicidios por motivos de honor los cometen hombres que consideran que sus esposas, hijas o hermanas han contravenido de alguna manera normas relativas al comportamiento de las mujeres que desacreditan y perjudican el “honor” del varón. En muchos casos, los motivos para considerar que se ha cometido esa infracción del honor son endebles y se limitan a la mera sospecha de que una mujer ha sido infiel. También se sabe de hombres que se han sentido avergonzados porque "sus" mujeres han pedido el divorcio o han sido víctimas de violación.
(Las fotos son de Emilio Morenatti).

1 comentario:

Hoy, artista dijo...

Cuando empecé a ver las fotos pensé que era alguna obra de arte representando algo como la muerte, pero fue peor ver lo que en realidad representa y que no es una escultura sino una foto. Es casi imposible imaginar lo que se siente al ser víctima de algo así, e imposible entender por qué ocurre. (Las razones están claras, pero igual es imposible.) ¿Cuándo nos volveremos humanos de verdad?