domingo, 23 de enero de 2011

Juventud, divino tesoro...













Sí, te vas para no volver... La tiranía del botox y de la talla 38, ser actrativas, jóvenes y seductoras o... no ser...
Veamos el caso de Miriam O'Reilly (lamentable pero cierto), ex presentadora de un programa de la BBC que en noviembre de 2008 fue retirada de la cadena BBC junto a otras empleadas que sobrepasaban los 40 años. O’Really, que tiene ahora 53 años, denunció a la cadena ante el tribunal de asuntos laborales de Londres por despedirla después de que sus jefes le hicieran comentarios sobre sus arrugas y las canas que comenzaba a peinar e incluso le propusieran inyectarse botox. Esta mujer se ha convertido en la primera trabajadora de la corporación en denunciar al ente público por discriminación sexual y de edad. En 2009, el programa pasó a ser presentado por un chico y una chica de 38 y 30 años.

Ahora, tras meses de espera, ha ganado el pleito contra la cadena británica por discriminación debido a su edad, pero esta dinámica de normalización obsesiva del aspecto físico y de la juventud a toda costa continúa apabullando el funcionamiento de todos los aspectos de esta sociedad. Pensemos en lo que ha señala Lipovetsky: “El poder de los medios coincide con una capacidad de imposición de modelos que, pese a no ser obligatorios, no por ello dejan de estar dotados de temible eficacia”.

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